A Rafael Orozco lo marcó la canción ‘Cariñito de mi vida’

Crónica

Por Juan Rincón Vanegas | @juanrinconv

Corrían los días finales del mes de octubre de 1974 cuando Rafael José Orozco Maestre, apareció en un concurso de voces realizado en la semana cultural del Colegio Nacional Loperena de Valledupar.

Esa vez ganó y se tomó la mayor confianza para emprender su carrera musical al lado del acordeonero Luciano Poveda, con quien se presentó en distintos pueblos de la geografía costeña.

El primero de ellos fue en el corregimiento de Sempegua, municipio de Chimichagua, donde lo contrató Andrés Lobo, el dueño de la caseta ‘El trasmallo’, y dueño del picot más grande de la región, quien supo de Rafael Orozco a través de un amigo de Valledupar.

Al ser contratado, el grupo viajó seis horas en un bus de Cootracegua hasta llegar a Chimichagua, donde tomaron un ‘Johnson’ para cruzar la inmensa ciénaga de Zapatosa, y llegar al pueblo de pescadores en horas de la tarde.

Rafael Orozco luego de recibir la bienvenida y a pesar del cansancio del viaje, tomó la vocería convocando un partido de fútbol que concluyó en una pequeña discusión por un supuesto penal que no pitó el árbitro Cianci Hernández Méndez, quien pasado el tiempo afirmó que no hubo falta a pesar del reclamo airado del cantante. “Vea, si esa tarde hubiera expulsado a Rafael Orozco, hoy fuera famoso”.

Anécdota de la dormida

El sábado siete de diciembre de 1974 la caseta ‘El trasmallo’ poco se llenó y únicamente alcanzó para pagar la agrupación vallenata. Después de la presentación, a los integrantes del conjunto les tocó dormir en esteras de palma, pero el cantante no estaba acostumbrado a eso.

Debido al calor Rafael Orozco optó por acostarse en una mesa de buchacara que había en la caseta. Allí amaneció, y cuando la señora Natividad Segovia Pacheco, quien pasaba por el lugar lo observó acostado en esa mesa de juego, se preguntó: ¿Y ese es el cantante?

Natividad Segovia Pacheco, recordada matrona de Sempegua, Cesar

Lo que la vieja ‘Nati’, como se le conocía en el pueblo, nunca pensó era que el joven cantante quien había debutado en su amado pueblo, con el paso de los años se convertiría en ídolo, ese que pasó por el Madison Square Garden de Nueva York, el mismo que regaló emociones a sus miles de seguidores y todavía a pesar de su partida hace 30 años, se escucha cantar ‘Cariñito de mi vida’ hasta llegar a ‘Solo para ti’.

La primera grabación

El primer peldaño importante de Rafael Orozco fue grabar en 1975 su primera producción musical titulada ‘Adelante’ al lado del acordeonero Emilio Oviedo Corrales, quien al respecto anotó “A Rafael lo conocí por casualidad en Aguachica, donde había ido con el gobernador del Cesar de ese entonces Manuel Germán Cuello, a la inauguración de unas obras y como es natural se formó la parranda. En el camino me la pasé tocando, cantando y como era una carretera muy mala, llegué afectado de la garganta, debido a la polvareda”.

Siguió trayendo los recuerdos a su memoria y anotó. “En esos días se llevaba a cabo una feria en esa población del sur del Cesar, y estando en la parranda se apareció Rafael Orozco, un muchacho delgado y cabellón. Él me dijo que me ayudaba a cantar. Acepté y de salida quedé sorprendido con su voz. Me gustó el estilo, su afinación, su brillo y que tenía unas caídas bien suaves y llamativas”.

El cantante Rafael Orozco comenzó su éxitosa carrera musical junto al acordeonero Emilio Oviedo

El maestro Oviedo manifiesta que esa vez la primera canción que cantó fue ‘El trovador ambulante’ que estaba de moda y que habían grabado los hermanos Zuleta en 1973. Enseguida lo contactó y Rafael Orozco le comentó que andaba con el acordeonero Julio de la Ossa, pero no tenía ningún compromiso.

De esa manera comenzó el proceso de lo que sería su primera grabación para el sello Codiscos donde aparecieron las siguientes canciones: ‘Cariñito de mi vida’ (Diomedes Díaz), ‘El fiel amigo’ (Víctor Camarillo), ‘La Chimichagüera’ (Náfer Durán), ‘El conquistador’ (Álvaro Cabas), ‘Verdes jardines’ (Jaime Daza Molina), ‘Adelante’ (Leandro Díaz), ‘Costumbres regionales’ (Luciano Gullo Fragoso), ‘Recuerdos de mi abuelo’ (Carlos Araújo Cuello), ‘Mi orgullo’ (Fabio Zuleta Díaz), ‘El hombre mujeriego’ (Sergio Moya Molina) y ‘Mi mejor amigo’ (Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta).

No fue fácil llegar a ese momento de la grabación donde sobresalió la canción ‘Cariñito de mi vida’, de la autoría de Diomedes Díaz, donde se le bautizó como ‘El Cacique de La Junta’.

“Lograr grabar en la ciudad de Medellín con Rafael Orozco fue sumamente difícil porque en el vallenato primaban las voces fuertes y él tenía una voz suave, melódica, bien definida. Pocos en esa ocasión creyeron, pero me la jugué y el tiempo me otorgó la razón porque se truncó aquello de que el vallenato debía solamente interpretarse con voces robustas, caso Jorge Oñate o ‘Poncho’ Zuleta”, expresó Emilio Oviedo, quien grabó una segunda producción con Rafael Orozco, titulada ‘Con sentimiento’ hasta que de común acuerdo se separaron.

En ese momento Rafael Orozco entró a conformar con el acordeonero Israel Romero la agrupación Binomio de Oro, la cual le entregó los más grandes éxitos en su carrera artística.

Finalmente Emilio Oviedo se aventuró a decir. “Con ese éxito y disciplina musical que tenía Rafael Orozco, en este momento fuera el mejor porque el vallenato ahora corre de acuerdo al estilo que lo identificó, y que lo tenía en el lugar de honor con que se despidió de la vida”.

El recuerdo de Rafael Orozco

Tierra de Chimichagua
le digo a mis amigos
que no la puedo olvidar.

Cómo olvidar a Rafael Orozco, si a través de la canción de Náfer Durán, le dijo al mundo vallenato que la mujer Chimichagüera, enguayaba aquel que no la conoce, que es agradable como la brisa de un siete de diciembre y su calidez humana no tiene límites.

Precisamente Náfer Durán indicó que Rafael Orozco fue el fenómeno del momento, porque aunque no tenía un “vozarrón” se pegó. “Lástima que lo mataron, porque hoy estuviera en los primeros lugares, debido a su estilo comercial que ahora más llama la atención”.

En Sempegua, el pueblo de pescadores donde una atarraya es la reina, no lo olvidan porque desde allí comenzó a escribirse su historia musical, esa que truncaron para adelantarle la inmortalidad…

BLOG DEL AUTOR: Juan Rincón Vanegas

En Becerril, Conversatorio-musical en homenaje a Rafael Orozco

Valledupar, junio 7 de 2022 – Boletín Informativo No. 30

Este viernes 10 de junio, a partir de las 3:00 de la tarde, en Becerril, la tierra de Rafael José Orozco Maestre, se realizarán diversos actos al cumplirse 30 años de su fallecimiento.

El evento está siendo promovido por la Fundación para el Fomento y Desarrollo Cultural y el Centro Orquestal Sinfónico de Becerril, que preside el maestro José Salatiel Madrid, quien extendió la más cordial invitación.

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Rafael Orozco, de Sempegua al estrellato musical

Por Juan Rincón Vanegas – @juanrinconv

Corrían los días finales del mes de octubre de 1974 cuando Rafael José Orozco Maestre, apareció en un concurso de voces realizado en la semana cultural del Colegio Nacional Loperena de Valledupar.

Esa vez ganó y se tomó la mayor confianza para emprender su carrera musical al lado del acordeonero Luciano Poveda, con quien se presentó en distintos pueblos de la geografía costeña.

La primera presentación fue el sábado siete de diciembre de 1974 a las 10 de la noche en el corregimiento de Sempegua, municipio de Chimichagua, donde lo contrató Andrés Lobo, el dueño de la caseta ‘El trasmallo’, quien supo de Rafael Orozco y de Luciano Poveda a través de un amigo de Valledupar.

El grupo viajó en un bus de la empresa Cootracegua de Valledupar a Chimichagua, donde tomaron dos chalupas para cruzar la ciénaga de Zapatosa hasta llegar al pueblo de pescadores en horas de la tarde.

Allá Rafael Orozco en menos de lo que canta un gallo y a pesar del cansancio del viaje armó un partido de fútbol que concluyó en una pequeña discusión.

Todo fue por un supuesto penal que no pitó el árbitro Cianci Hernández Méndez, quien años después afirmó que no hubo falta, y que si esa tarde hubiera expulsado a Rafael Orozco, hoy fuera famoso.

La gran anécdota

Después de la presentación en la caseta que estuvo repleta, a los integrantes les tocó dormir en esteras de palma. Por su parte el cantante y el acordeonero en hamacas.

Como Rafael Orozco no estaba acostumbrado a dormir así y también debido al calor, optó por acostarse en una mesa de billar que había en la caseta. Allí amaneció y cuando la matrona Natividad Segovia Pacheco, quien pasaba por el lugar lo vió acostado en esa mesa de juego se preguntó: ¿Y ese es el cantante?

Lo que la vieja ‘Nati’, así se conocía, nunca pensó era que el joven cantante que había debutado en su pueblo, con el paso de los años se convertiría en el ídolo que pasó por el Madison Square Garden de Nueva York, ese mismo que regaló emociones a sus miles de seguidores y que todavía a pesar de su partida hace 29 años, se escucha interpretar desde ‘Cariñito de mi vida’ hasta llegar a ‘Solo para ti’.

La primera grabación

El primer peldaño importante de Rafael Orozco fue grabar en 1975 su primera producción musical titulada ‘Adelante’ al lado del acordeonero Emilio Oviedo Corrales, quien anotó. “A Rafael lo conocí por casualidad en Aguachica, donde había ido con el gobernador del Cesar de ese entonces, Manuel Germán Cuello y el doctor José Manuel Díaz Cuadro, a la inauguración de unas obras y como es natural se formó la parranda”.

Continúo recordando aquel momento. “En el camino me la pasé tocando, cantando y como era una carretera polvorienta llegué afectado de la garganta. En esos días se llevaba a cabo una feria en esa población y es así que estando en la parranda se apareció Rafael Orozco, un muchacho delgado, cabellón y me dijo que me ayudaba a cantar. Acepté y de salida quedé sorprendido con su voz. Me gustó el estilo, su afinación, su brillo, teniendo unas caídas suaves y muy llamativas”.

El maestro Oviedo recuerda que esa vez la primera canción que cantó fue ‘El trovador ambulante’ que estaba de moda y que habían grabado los hermanos Zuleta en el año 1973.

Enseguida lo contactó. De esa manera comenzó el proceso de lo que sería su primera grabación para el sello Codiscos donde aparecieron las siguientes canciones: ‘Cariñito de mi vida’ (Diomedes Díaz), ‘El fiel amigo’ (Víctor Camarillo), ‘La Chimichagüera’ (Náfer Durán), ‘El conquistador’ (Álvaro Cabas), ‘Verdes jardines’ (Jaime Daza Molina), ‘Adelante’ (Leandro Díaz), ‘Costumbres regionales’ (Luciano Gullo Fragoso), ‘Recuerdos de mi abuelo’ (Carlos Araújo Cuello), ‘Mi orgullo’ (Fabio Zuleta Díaz), ‘El hombre mujeriego’ (Sergio Moya Molina) y ‘Mi mejor amigo’ (Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta).

Para llegar a ese momento donde sobresalió la canción ‘Cariñito de mi vida’ de la autoría de Diomedes Díaz, no fue nada fácil porque se presentaron varios tropiezos que casi los hacen declinar.

Al respecto Emilio Oviedo indicó. “Lograr grabar en la ciudad de Medellín con Rafael Orozco fue sumamente difícil porque en el vallenato primaban las voces fuertes y él tenía una voz suave, melódica y bien definida. Pocos en esa ocasión creyeron, pero me la jugué y el tiempo me dio la razón porque se truncó aquello de que el vallenato debía solamente interpretarse con voces robustas, caso Jorge Oñate o ‘Poncho’ Zuleta, entre otros”.

‘El Comandante’ Emilio Oviedo logró grabar una segunda producción con Rafael Orozco, titulada ‘Con sentimiento’ hasta que de común acuerdo se separaron.

En ese momento Rafael Orozco entró a conformar con el acordeonero Israel Romero el Binomio de Oro, que le entregó los más grandes éxitos en su carrera artística.

Finalmente Emilio Oviedo se aventuró a decir. “Con ese éxito y disciplina musical que tenía Rafael Orozco, en este momento fuera el mejor porque el vallenato ahora corre de acuerdo al estilo que lo identificó y que lo tenía en el lugar de honor con que se despidió de la vida”.

Máximo recuerdo

…Y cómo olvidar a Rafael Orozco, si a través de la canción de Náfer Durán Díaz, le dijo al mundo vallenato que la mujer Chimichagüera, enguayaba aquel que no la conoce, que es agradable como la brisa de un siete de diciembre y su calidez humana no tiene límites.

Tierra de Chimichagua
le digo a mis amigos
que no la puedo olvidar.

Precisamente Náfer Durán recuerda que Rafael Orozco fue el fenómeno del momento porque aunque no tenía un “vozarrón”, se pegó y con el paso del tiempo demostró su grandeza.

“Lástima que le truncaron la vida porque hoy estuviera en los primeros lugares debido a que su estilo es el que ahora llama más la atención. Me grabó la canción ‘La Chimichagüera’ y me gustó mucho”, dijo Naferito, muy convencido.

Pasados los años su canto sigue regado por todas partes como testimonio musical de aquel hombre que en cada verso sembraba su corazón para que diera los mejores frutos y penetrara en lo más profundo del corazón hasta quedarse allí para siempre.

En Sempegua, aquella tierra de pescadores donde Rafael Orozco debutó en firme ganándose sus primeros pesos, no lo olvidan porque desde allí comenzó a escribirse su historia musical, esa que truncaron para adelantarle la inmortalidad…

BLOG DEL AUTOR: Juan Rincón Vanegas

RECORDANDO A RAFAEL OROZCO MAESTRE

Por José Atuesta Mindiola

I

El cantor de Becerril
Rafael Orozco Maestre:
luna de noche campestre
fue su romance infantil.
Su voz campana de abril
enraizada en melodía
para adornar la poesía
de los cantos vallenatos;
para unos fue un desacato,
porque cambiaba la vía.

II

Pero eran las necedades
de mente terca y mezquina,
que sin pasar de la esquina
ya se creen autoridades;
desconocen cualidades
y evolución de las cosas,
con palabras quisquillosas
quieren detener el tiempo.
Todo tiene su momento,
no siempre es igual la rosa.

III

Pero la verdad se impone
eran falsos eruditos,
ahora ya están calladitos
aceptando las razones;
porque todo el que compone
sus canciones y sus versos,
sabe que el pueblo es diverso,
cada quien tiene su estilo.
Bien lo dijo el sabio Esquilo,
la mente es un universo.

IV

El canto es epifanía,
del amor es un fortín
y del alma es un jardín
florecido en melodía.
Rafa Orozco en armonía
ilumina los senderos
con los versos de troveros,
y con elegancia y decoro
hizo el Binomio de Oro
con el gran Israel Romero.

Atentamente
José Antonio Atuesta Mendiola
Cel: 3015734205

BLOG DEL AUTOR: Por José Atuesta Mindiola

Cantando se despidió Rafael Orozco de su pueblo Becerril

Crónica

-28 años después los recuerdos por el artista siguen girando y dando cuenta de su paso por el mundo vallenato donde cosechó un sinnúmero de éxitos al lado de su compañero Israel Romero-

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

La noche del domingo dos de febrero de 1992 Rafael José Orozco Maestre se presentó por última vez en la plaza principal de su pueblo Becerril, Cesar, con el Binomio de Oro, siendo la figura principal del Festival de la Paletilla.
Esa noche cuando el hijo de Rafita Orozco Fernández y Cristina Maestre Maestre, quien había nacido el 24 de marzo de 1954, llegó a la presentación por invitación de su amigo Alirio ‘Yiyo’ Luna, estuvo dichoso y habló contando parte de su vida especialmente cuando arriaba agua del río Maracas que vendía montado en un burro de nombre ‘El ñato’. Además, de la competencia que tenía en ese oficio con Justo Rafael ‘Mandarria’ Barahona.

Rafael Orozco, siempre tuvo presente a Becerril desde donde se proyectó

En ese instante uno de los músicos al escucharlo contar lo interrumpió para que hablara de las novias que tuvo en el pueblo. Él, sonrió y dijo que había sido una sola. “Se llama Denis Cruz”.
Los asistentes lo aplaudieron ante su confesión, pero estando conectado con el recuerdo anotó. “Como no recordar mis estudios en el Colegio La Candelaria con el profesor Mel Mendoza”. También recordó sus primeros paso en el canto en su pueblo, en Valledupar y su primera grabación con el acordeonero Emilio Oviedo.
Después de platicar, y cuando Rafael Orozco, había interpretado tres canciones se fue la luz. Él, pidió silencio y dijo que iba a comenzar a cantar para que ellos lo acompañaran. Esa comunicación de las gargantas fue la salida más fácil a la oscuridad, pero la máxima luz de alegría.
Escogió la canción que le dictó su corazón. ‘Solo para ti’. Ese momento sublime del cantor con su pueblo no se puede describir en letras porque el sentimiento arropaba todo el entorno.

Yo siento que te he querido y te quiero más
es algo que necesito para vivir,
mi vida no sería vida si tú no estás
todo lo veo más bonito sólo por ti.

Al darse el milagro de ese bello canto interpretado a cientos de voces, llegó el fluido eléctrico y continuó el encanto, sin saber que era la última vez que veían a su artista en la tarima ´Patuché’.
Debajo de la tarima estaba el pintor José Daniel Beleño Castro, el popular ‘Bele’, quien lo admiraba desde muy niño y días antes cuando supo que iba para su pueblo le pintó un retrato sonriendo.
Como pudo se lo entregó y Rafa, le dio las gracias en público que fue el mejor reconocimiento que recibió el viejo pintor, quien al conocer su muerte el 11 de junio de 1992, prometió seguirlo pintado.
Esas palabras del cantante a su trabajo, fue como en aquella ocasión en que Rafael Escalona pidió pintar una golondrina para aprobar al buen pintor. Para él fue el premio mayor porque no había que darle la orden para que apareciera en primer plano la figura de ese inmortal hijo de Becerril.

Ahora, el viejo ‘Bele’ revela cómo se enteró de la muerte del artista. “Esa noche me acosté temprano y de repente pasada la medianoche como algo inusual se hizo un repique de campana en la iglesia. Todos alarmados salimos a la calle y fue cuando nos enteramos de la muerte de Rafa. Todo fue confusión y lágrimas porque había muerto una de las grandes glorias de la música vallenata nacida en esta tierra”.
De igual manera se pronunció su mejor amigo Alirio ‘Yiyo’ Luna, “Rafa, fue un becerrilero noble, bueno y que puso muy en alto el nombre de la música vallenata. Él, vive en mi corazón y no olvido su cariño y la cantidad de saludos que me regaló en sus discos”.

Monumento a Rafael Orozco en Becerril-860

Monumento a Rafa

En ese pueblo donde cada año hacen una mudanza colectiva, llevando cargada por un largo trayecto una casa de palma, la presencia de Rafael Orozco está presente, principalmente en la plaza principal donde se ubicó un monumento obra del escultor Misael Martínez, por iniciativa del mandatario Raúl Machado Luna.
Al lado de esa escultura de tres metros de alto, y dos metros que tiene el pedestal estuvo Clara Elena Cabello, esposa de Rafael Orozco, quien entregó un especial agradecimiento.
“Gracias. No hay palabras para agradecer como en Becerril siguen queriendo a Rafa. Gracias en nombre de toda la familia. El licenciado José Salatiel Madrid me ha pedido que el Centro Orquestal Sinfónico de Becerril lleve el nombre de Rafael Orozco y con mucho gusto he aceptado”.

Ese día niños y jóvenes brindaron un concierto sinfónico en homenaje a Rafael Orozco y se interpretaron las canciones: ‘Solo para ti’ (Rafael Orozco), ‘La creciente’, (Hernando Marín), ‘Campana’ (Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa), ‘Sombra perdida’ (Rita Fernández Padilla), ‘Dime pajarito’ (Octavio Daza), ‘Momentos de amor’ y ‘Relicario de besos’ (Fernando Meneses).
En Becerril quedó demostrado que el tiempo pasa, pero el recuerdo de ese hijo querido se quedó para siempre. Es así como las canciones que interpretó con el Binomio de Oro al lado de su compañero inseparable Israel Romero, se han convertido en alimento del alma y en el aliciente para pasearse por los momentos de amor cuando la creciente del corazón se desborda por los caminos del sentimiento.

Clara Elena Cabello y su amor eterno Rafael Orozco

El amor de Clara

Han pasado 28 años de ese momento triste para el folclor vallenato, y por las mentes de Clara Elena Cabello, sus hijas, familiares y todos sus seguidores hacen un paseo obligado desde ‘Cariñito de mi vida’ hasta arribar cargados de añoranzas a ‘Solo para ti’, donde “es algo tan bonito, eso es tan bello, que es muy difícil que lo olvidemos por Dios”…

BLOG DEL AUTOR: Juan Rincón Vanegas

Emilio Oviedo, el impulsor de Rafael Orozco

Casi cuarenta años después de su primer encuentro en Aguachica, Emilio Oviedo recordó el momento en el conoció a Rafael Orozco y como impulsó su carrera musical.

Interpretando en su acordeón las notas musicales de la canción ‘Cariñito de mi vida’, grabada por Rafael Orozco, el acordeonero Emilio Oviedo Corrales recordó el inicio de su historia musical con el cantante, asesinado 27 años atrás en Barranquilla, Atlántico.

“Ay en tiempos de invierno en la montaña, las cubren las nubes en la cima y se reverdece la sabana, se colma la fauna de alegría”, dice la canción compuesta por Diomedes Díaz y que dio a conocer a Rafael Orozco con el acordeón de ‘El Comandante’, como se le conoce dentro del folclor. Sobre esta canción hay anécdotas que guarda Oviedo en su memoria.

La pieza fue incluida en el álbum ‘Adelante’ grabado en 1975, el primero de una carrera llena de éxitos para Rafael, quien era un muchacho inexperto, pero con un talento envidiable, descubierto por el maestro Emilio durante una parranda en Aguachica, Cesar.

“Esta canción impulsó a tres artistas: Diomedes Díaz como compositor, Rafael Orozco como cantante y a mí como acordeonero”, dijo emocionado el rey vallenato 1970.

LOS RECUERDOS

Emilio Oviedo, quien se ha caracterizado por descubrir a varios artistas de la música vallenata como al mismo Diomedes y por supuesto a Orozco, trajo a su memoria el día que conoció a ‘Rafa’, quien era su vecino y admirador en el barrio Sicarare de Valledupar, pero con quien por caprichos del destino nunca habían entablado una conversación.

Nostálgico rememoró ese momento cuando Rafael era un estudiante del Colegio Nacional Loperena de Valledupar y a quien decidió darle la oportunidad para apoyar su talento.

“A mí me salió un viaje para Aguachica para acompañar al gobernador Manuel Germán Cuello que iba a hacer una inauguración en ese municipio y en el camino me encontré con José Díaz Cuadro, un hombre parrandero que decidió acompañarnos. Nos embarcamos en el vagón en la camioneta y nos fuimos cantando, pero recibí mucho aire y polvo porque la carretera estaba destapada por partes y llegué afónico a Aguachica. No podía cantar, sin embargo me puse a complacer al gobernador y a tocar, pero se escuchaba muy feo”, recuerda el acordeonero.

En ese instante, según su historia, se acercó un muchacho a la puerta del salón donde estaban y le dijo: “oye mi hermano, lo veo mal de la garganta, si quiere lo acompaño en una canción”, era Rafael Orozco, quien pedía un espacio para demostrar su talento.

“Le pregunté cuál canción se sabía y me dijo que de Los Zuleta, la que sea. Decidí tocar el ‘Trovador ambulante’ y el tipo empezó a cantar, no era una voz fuerte como la que uno acostumbra a cantar, pero era una voz muy agradable, muy dulce, un color de voz diferente. Tocamos unas cinco canciones. Le pregunté donde vivía y fue cuando me enteré que era vecino mío en Valledupar y nos pusimos de acuerdo para empezar la unión musical”, puntualizó Oviedo Corrales.

CARRERA JUNTOS

Rafael Orozco y Emilio Oviedo grabaron su primera producción musical en 1975, álbum del agrado del pueblo vallenato, que en su afán por seguir escuchando más canciones nuevas de los artistas los impulsaron para que ese mismo año grabaran su segundo álbum ‘Con sentimiento’. Aunque no tuvo gran acogida como el primero sí logró cumplir con las expectativas de los amantes del folclor vallenato.

Entre risas, Emilio recordó cómo enseñaba a Rafael a saludar en las canciones y mencionó que fue él quien apodó a Diomedes Díaz como ‘El Cacique de La Junta’. “Lo bauticé así porque yo inventaba los saludos y le decía a Rafa como iba a decir en la grabación de las canciones”, cuenta.

Rafael Orozco, nacido en Becerril, Cesar, fue asesinado el 11 de junio de 1992 en Barranquilla. Su muerte estremeció a Colombia entera, en cada esquina su música era escuchada y sus canciones coreadas por sus fanáticos, quienes lloraban inconsolables la partida de su artista.

“Se conmemoran los 27 años del fallecimiento de Rafael Orozco, un hombre grande que se nos fue muy temprano. De verdad que me da mucha nostalgia recordar esos momentos, porque Rafael Orozco era una persona muy importante y muy valiosa para el folclor», dijo Emilio.

Por: Carmen Lucía Mendoza Cuello