Pedagogía y Propuestas
Por Donaldo Mendoza
En el periodismo ocurre con alguna frecuencia el fenómeno llamado «efecto mariposa»: un estornudo en Valledupar, por ejemplo, puede desatar una tormenta en algún extremo de la geografía. En efecto, publiqué en Portal Vallenato (06/07/2021) un artículo sobre la intención de un grupo de agricultores de Codazzi que desean volver a la siembra de algodón, esta vez con el estímulo del señor alcalde Ómar Benjumea, en función de Gobierno, sin el cual un proyecto de esa envergadura sería una aventura incierta…
…Pues resulta que un lector de Santa Marta compartió la información del artículo con un amigo suyo que reside en Cali, Josué Figueredo. Y éste, ingeniero agrónomo, se mostró tan interesado con el proyecto de los agricultores de Codazzi que buscó la manera de comunicase conmigo, y lo logró. Hemos conversado sobre el asunto. Me manifestó que había sembrado algodón en el eje Bosconia-El Copey-Caracolicito. Vivió el auge y la decadencia, y sobrevivió para contarlo.
Me compartió información que he considerado de valor para los animadores del proyecto de la resiembra. Más que información es una sabia pedagogía. Josué tiene muy claros los aciertos y los errores de aquella azarosa experiencia. Cita, como fortaleza, la ubicación estratégica del Cesar, que lo convierte en una tierra privilegiada; del cesarense destaca su alegría y cordialidad, su visión optimista de la vida hasta en la dificultad, su gratitud y su disposición a servir… Aunque, dice Josué, a veces esa forma de ser (al natural y espontánea) puede dar lugar a que otros se aprovechen, no siempre de buena fe.
Como agrónomo, Josué conoce secretos del algodón. Dice que el suelo y el clima del Cesar son de los mejores de Colombia para el cultivo de la fibra: se aviene a la sequía, dado que por su transitorio ciclo no demanda de mucha agua. Y tiene una característica que marca una diferencia grande con otras plantaciones, o incluso con el ganado: una hectárea de algodón puede generar hasta doce empleos.
Le presté especial atención a lo que Josué discrimina entre las “falencias” más relevantes que precipitaron el fin, en algunos casos trágico, del algodón en la Costa: 1) los inadecuados manejos del suelo y del control de melazas; y 2) el abuso en el uso de los pesticidas, algunas veces por la mezquina influencia de los laboratorios que los comercializan; enfatiza Josué que esto fue lo peor.
No menos interesantes son las propuestas del ingeniero agrónomo Josué Figueredo. Informa que ya ha establecido contactos con amigos agricultores y empresarios de la Costa y otros lugares de Colombia, y que estos se han mostrado muy interesados; algunos hasta le han dicho que tienen buena maquinaria. Y subraya con entusiasmo: «el recurso humano, Donaldo, está listo»; y agrega: «hay buenos agricultores para un nuevo programa». Y una idea que me parece clave: sugiere unirse en una cooperativa.
Finalmente, el ingeniero Josué Figueredo dice que la presencia del alcalde de Codazzi le infunde confianza. Recordó que la estocada de gracia al algodón fue la apertura económica: “Durante el gobierno de César Gaviria se importó algodón de muy baja calidad de Rusia, y a bajísimo costo. Para el agricultor colombiano fue una competencia desigual y perversa”. Manifiesta Josué que, si en esta oportunidad no hay estímulos concretos del Gobierno nacional y una razonable financiación bancaria (B. Agrario), el proyecto podría degenerar en una peligrosa aventura.
Porque considero positivo este “efecto mariposa” representado en la persona del ingeniero agrónomo Josué Figueredo, me he tomado la licencia de compartir con los promotores del “proyecto algodón” su celular: 3122202970.
Excelente esa descripción de la historia del algodón. Cuando viajaba con mi padre comerciando cebolla, observaba con alegría ese bello panorama del cultivo extenso del algodón
Espero se haga realidad el proyecto.
Me gustaMe gusta