Por: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi
La parranda vallenata, constituye un caso típico de jolgorio divertido, la cual es una tradición, forjada en casas de amigos, muy usual en el antiguo Magdalena, pero que tuvo y aún tiene, gran acogida en el sur de la Guajira, al igual que en Valledupar y su entorno geográfico, para divertirse al ritmo de aires típicos regionales (son, paseo, merengue y puya), los cuales se combinan con anécdotas, relatos, chistes y apuntes graciosos, sin que falten en la jornada, platos de comida, asados o un buen sancocho de chivo o de gallina.
Cuando los aires vallenatos apenas irrumpían en el escenario, era muy común celebrarla con guitarras y percusión, pero luego entró a ellas, su majestad el acordeón, el cual tomó posición y aún continúa como rey, gobernando en ellas. Todos los partícipes en ellas, deben guardar silencio, mientras suenan las notas encantadoras, que brotan de cada fuelle, y suenan las palmas o gritos de alegría, que acompañan a cada instante, la euforia y algarabía. Ella también, sirve de inspiración para que algunos de los presentes, salen a relucir sus talentos, a través de las llamadas piquerias, en las cuales se expresan o sacan a relucir un tema cualquiera, demostrando sus habilidades para improvisar y para echar vainazos. Y no falta, quien aproveche el espacio para enamorar a una dama, o lanzarle piropos, momentos propicios de expresión, al sonar alegre del acordeón o de una guitarra.
Una parranda verdadera, no suma multitud de personas, y quienes participan de ellas, suelen escuchar de modo reverente al acordeonero y sus acompañantes, y evitan bailar en ellas, pues constituye sacrilegio que interrumpe a sus protagonistas los músicos, en los cuales se centra la atención, de lo que digan, canten o interpreten.
UNA AUTÉNTICA PARRANDA VALLENATA
Varios protagonistas (documental)
PONCHO COTES JR. – TIEMPOS IDOS
LUÍS ‘EL NEGRITO’ VILLA – MARTHA HELENA
EMILIANO ZULETA & SILVIO BRITO– EL CANTOR DE FONSECA
ALEJANDRO DURÁN – PEDAZO DE ACORDEÓN
♦♦♦