La vida de este hombre comenzó en Lagunita, un diminuto corregimiento de Barrancas, La Guajira. Sus padres eran Luis Guillermo Díaz Ospino –primo del compositor de Hatonuevo, el ciego Leandro Díaz- y Herminia Brito Bolívar, los cuales lo criaron en medio de unos hermanos con quienes supo descubrir rápido ese mundo que giraba alrededor del campo, donde comprendió que en medio de montañas y el contorno silvestre, cerca de los potreros, se aprende a cantar mejor.
Juancho Polo “Valencia” fue un campesino humilde que llenó de música a Colombia e impuso el estilo vallenato, dejando en los corazones del pueblo amante a este folklor para siempre, los recuerdos del lírico compositor, que con su acordeón al hombro, su sombrero caído a un lado, escondiendo la falta de una oreja, y sus albarcas al suelo, embriagó con sus sentidas notas musicales que gratamente se escuchan por doquier.
Sobre su nacimiento, algunos citan a un corregimiento del Cerro de San Antonio llamado Concordia pero hay datos de personas allegadas al Juglar que dan testimonio de que Juancho Polo nació en Caimán, corregimiento del mismo municipio. Nacio el 18 de septiembre de 1918, un año después de la revuelta Bolchevique y murió un 22 de julio de 1978 en Fundación (Magdalena) a la edad de 60 años.
No estudió, pero “cantar era su ciencia”. Tuvo y llevó ese carisma durante mucho tiempo, sin ser publicitado, promocionado y comercializado por las casas disqueras, como tampoco conoció la arrogancia y la pedantería de muchos artistas que dicen llamarse “Figuras”. Se dice que amenizó un sin número de parrandas sin cobrar un solo centavo; como solían ser las parrandas de esos “Tiempos idos”.
Recorría municipios y veredas con su acordeón. Vivió un tiempo en El Copey, municipio del Cesar, tenia su residencia en la calle central, cerca de la casa de Luis Enrique Martínez, y al frente de Abel Antonio Villa.
Se casó con Alicia Maria Hernández Páez, el 29 de diciembre en la parroquia del Cerro de San Antonio. El mundo de poeta errante que llevó consigo, se dice que fue por la muerte de su Alicia, hecho que lo motivó para componer esa hermosa y lírica canción “Alicia Adorada”. Tema que ha viajado por todo el mundo en las voces de cantantes extranjeros y nacionales.
En sus 60 años de vida compuso y dio lo mejor. “Veni Veni, Alicia Dorada, Lucerito Espiritual, Pájaro Carpintero, Si, si si y las inolvidables interpretaciones de La Lira y Shio Shio.
Juancho Polo, partió de éste mundo, pobre, olvidado, esperando en lo más infinito, a que los nuevos acordeoneros e intérpretes no se olviden de sus magistrales composiciones. Muy cierta es su sentencia, cuando afirma:
“Como Dios en la tierra no tiene amigo, como no tiene amigo, anda en el aire, tanto le pido y le pido, ay hombe! siempre me manda mis males”.
Esta primera estrofa de ALICIA ADORADA, recoge una verdadera interpretación del mundo; y demuestra lo mucho que tenia de creador y la desesperación y la angustia por la pérdida de su compañera.
Siempre la recordó en todas sus parrandas, porque se volvió bohemio y falleció con su canto parrandero y lleno de dolor:
“Se murió mi compañera, que tristeza,
se murió mi compañera que dolor
y solamente a Valencia, ay hombe,
el guayabo le dejó.”
Polo Cervantes, nunca se imaginó que Alicia, sería un éxito cuando se la interpretó en Barranquilla a Jaime Cabrera, y mucho menos, que Alejo arreglara el lamento más exitoso y grandioso de la música de acordeón, por esa nota clara y por la expresión linguística: “Ay Hombe”.
A pesar de su limitada formación académica, tocaba en sus composiciones temas filosóficos y metafísicos y eso es inexplicable para muchos, pero en realidad una cosa no tiene que ver con la otra. El pensamiento lógico, el pensar filosófico y metafísico es una condición del ser como tal, que viene a alimentarse de ideas sobre la historias del pensamiento, pero que no son base fundamental en el ser filosófico. Los grandes filósofos que nos enseñaron en la escuela, los vemos como grandes porque fueron los primeros que dejaron pruebas relacionadas con el pensar filosófico, pero nuestros Juan Polo o nuestro Leandro Díaz, por mencionar algunos sin mucha «Formación » académica tradicional, en realidad son tanto o más filósofos que aquellos presocráticos que planteaban en cosmovisión del mundo, un problema filosófico (Así como lo plantea Juan Polo en «El infinito, y en Lucero espiritual…
“Lucero espiritual/ eres más alto que el hombre/ “
y ya después los posteriores a Sócrates planteaban el problema filosófico desde lo antropológico (Del hombre), ontológico( del ser), teológico (De Dios), ético (De su moral) , social y político. Tópicos que en la mayoría de filósofos del mundo vallenato, en este caso, Juan Polo, han sido tocados.
Cuando Juancho expresa » Como Dios en la tierra no tiene amigos, como no tiene amigos anda en el aire» está filosofando. Está planteando un tema teológico desde la filosofía, Quien es Dios? Donde esta? Por que está en el cielo? Y va planteando respuestas para ir calmando y dando respuestas a su inquietud: «Como no tiene amigos (desconfianza en el ser humano, moral) anda en el aire».
Podemos ir muy largo con Juancho, pues es necesario retomar los temas, hacer el análisis y darle la importancia que merece. Cada letra o frase de Juancho está ubicada en el ser de un hombre que pensaba desde el alma, sin darse cuenta siquiera, así como los grandes filósofos griegos.
Juancho Polo, el flaco juglar andariego, se describió sin dientes y sin muelas, que «no tuvo grado de escuela», pero que el «cantar era su ciencia»; supo salir de su querido territorio para irradiar felicidad a través de sus canciones, e incluso, en su mayor etapa de dolor dejó sentado que «donde quiera uno se muere, todas las tierras son benditas».
Armando Zabaleta compuso ‘Las Bodas de Plata’, después de la gran fiesta que celebraron por sus 25 años de matrimonio el músico y compositor Luis Enrique Martínez ‘El Pollo Vallenato’ y su esposa Rosalbina Serrano. El escenario del festejo fue la casa de la pareja en el municipio de El Copey.
El paseo fue grabado por Jorge Oñate con los Hermanos López cuya trascendencia, además de la canción, la tiene la vivienda del juglar, en la cual pasaron los más grandes intérpretes, acordeoneros, compositores y escritores durante los 20 años que Luis Enrique y Rosalbina habitaron el inmueble. El legado es inmenso, según indican habitantes de la localidad.
Luis Enrique, hombre alegre y de fiestas, murió en 1995 en Santa Marta. Rosalbina, la viuda vive en esa capital.
Aunque Luis Enrique Martínez no nació en El Copey, sí dedicó muchos años de su vida a esta tierra, a impulsar el folclor y dar a conocer, su legado.
Luis Enrique armaba parrandas que parecían interminables. Una de las más recordadas fue la celebración de las bodas de plata con su esposa ‘Rosita’. “Duraban hasta 10 y 12 días el encuentro con sus amigos”,
Al festejo asistieron Alejo Durán, Fredy Molina, Adolfo Pacheco, Ismael Rudas, Andrés Landero, Armando Zabaleta, Rafael Valencia y Luciano Gullo Fragoso, entre otros, eso hacía parte de la riqueza cultural de Luis Enrique Martínez.
«En las bodas de plata de Luis Enrique y Rosalbina (bis) Se hizo una fiesta muy linda con música vallenata ay ombe
Sus amigos y sus amigas todos fueron a su casa
En esa fiesta tan linda le regalaron cosas muy bellas (bis) De San Jacinto Bolívar le trajo Adolfo una hamaca Pa que se meta en su casa y se mimen… Enrique con Rosalbina»
EL VIEJO MIGUE…UNA HISTORIA
Adolfo Pacheco
Contaba Adolfo Pacheco que su padre quedó muy triste por la muerte de sus esposa Mercedes. Además de su pérdida hubo una serie de hechos que se sumaron y desde entonces, todo empezó a declinar y decidió irse a Barranquilla, dejando a su pueblo. Dejando la nostalgia y el «recuerdo perenne de una amistad». Surge entonces esta canción añorando el buen tiempo vivido.
El Viejo Migue tenía unos amigos: Luis Felipe, Roger, Yoli (Heriberto) y Peyo, amigos de parranda, quienes siempre acudían a su negocio llamado «El Gurrufero» , el cual obstentaba un salón de baile llamado: «San Andrés». al sitio llegaba mucha gente, a beber, bailar y escuchar buena música. En este salón de baile se realizaba una caseta o «Berbena» todos los 16 de Agosto En San Jacinto, por ser el día de fiestas patronales. Y había una banda que cada vez que El Viejo Migue les pedía que le tocarán el porro titulado «El perro de Petrona» le pedían a cambio de una botella de Ron. Cuando Migue se quedaba dormido ya los músicos sabían lo que tenían que tocar para despertarlo. Al final del tema se despide de Paco Lara, el Juez del pueblo de esa época, su gran amigo.
Así pues, el que es catalogado como uno de los mejores merengues de la musica Vallenata, es un tema cargado de nostalgia, de historias sencillas y reales de la vida de un hombre común de nuestra provincia… Me quito el sombrero ante tan perfecta narrativa de Adolfo Pacheco
«Buscando consuelo, buscando paz y tranquilidad el viejo Miguel del pueblo se fue muy decepcionado (bis) yo me desespero, me da dolor porque la ciudad tiene otro destino y tiene su mal para el provinciano Le queda el recuerdo perenne de una amistad que labró en la tierra querida de sus paisanos(bis)
A mi pueblo no lo llego a cambiar ni por un imperio yo vivo mejor, llevando siempre vida sencilla (bis) parece que Dios con el dedo oculto de su misterio señalando viene todo el camino de la partida primero se fue la vieja pa’ el cementerio ahora se va usted solito pa’ Barranquilla (bis)
Se acabó el dinero se acabó todo hasta “El Gurrufero” el techo seguro como el alero de la paloma (bis) pero eso no importa porque es mejor empezar de nuevo cual la flor silvestre que al renovar es mejor su aroma (bis) todavía le quedan amigos aquí en el pueblo hasta el forastero pregunta por su persona. (bis)
Luis Felipe, Roge, Yoli y Pello, a mí me emociona el tener que darles ahora mi más triste despedida (bis) adiós San Andrés, tu animador te abandona adiós 16 de agosto, adiós alegría (bis) ya no tocará la banda El perro e’ Petrona adiós Paco Lara me voy de la tierra mía.» (bis)
PIQUERIA ENTRE TOÑO SALAS Y EL VIEJO EMILIANO
La piqueria entre Toño Salas y Emiliano Zuleta Vaquero, comenzó en Villanueva, La Guajira, en una parranda donde coincidieron los dos, y al momento de versear, Emiliano Zuleta tenía una Pea (Borrachera) y no dio para responderle un solo verso a su hermano Toño.Sin embargo la semana siguiente, “Mile” compuso en respuesta, “El gallo y El Pollo”. Cuyo primer verso dice:
–«Una noche en Villanueva -Se quiso Toño lucir conmigo -Pero a veces me imagino -Que esa es la gente que lo aconseja -Díganmele a Toño -A Toño, mi hermano -Que él está muy pollo -Y yo soy muy gallo.»
Posteriormente, tuvieron otro encontrón en La Jagua, y nuevamente volvió a perder Emiliano. Entonces éste utilizo otro recurso, compuso una canción, cuyo primer verso dice:
«A mi hermano Toño Salas Le mando a pedí perdón Le hice una composición Que no le vaya a dar rabia Que recuerde que en La Jagua Me llevaba a to´a carrera Que no me dejó decí nada Pero fue en cuatro palabras Que eso lo canta cualquiera»
La tercera vez, se encontraron un 12 de octubre en la Jagua, pero al parecer, hubo una intervención por parte de la Vieja Sara, calmando los ánimos, y el perfil se fue definiendo así: Toño barría a Emiliano en Piquería, y Mile aventajaba a Toño en Canciones.
«Emilianito tiene la equivocación Porque él ha sido siempre el rey de las parrandas Y anda diciendo que su hermano Toño Salas Y que no ha dado para componer un son Díganle a Emiliano que un son le voy a hacer Para que sepa que también se componer Y que si quiere se lo vuelvo a repetir Para que se calle y no siga hablando de mí» Entonces Emiliano le responde:
«Que le pregunte a Morales Como es que se regatea Pero él según su idea La música nada vale Él cree que con insultarme Como lo hizo en la gallera Cantando en música ajena Y él cree que me derrotó»
Toño Salas le responde «La misma cría»
«No tiene porqué mandarme A cogé música ajena Con una memoria buena No necesito de nadie Soy el pollo responsable Por algo se lo diría Y en caso de simpatía Para mí es lo más agradable Y si la raza es por la madre Tenemos la misma cría».
Con esto, se demostró, que cada uno tenía su valía, Emiliano era superior con las canciones, pero Toño Salas, superaba a Emiliano Zuleta en PIQUERIA.