
Hablar de la Sonora Matancera -tema de este libro- es referirse a una de las grandes instituciones musicales que ha existido en el continente americano. Por esta agrupación pasaron los más grandes intérpretes de la música latina: Bienvenido Granda, Daniel Santos, Myrta Silva, Nelson Pinedo, Bobby Capó, Alberto Beltrán, Leo Marini, Carlos Argentino, Celio González, Vicentico Valdés, Toña La Nagra, Carmen Delia Dipiní, Gloria Díaz, Martha Jean Claude, y obviamente, la más grande de todas: Celia Cruz. Todas estas grabaciones se constituyeron en éxitos internacionales.
La Sonora grabó con muchas marcas de prestigio internacional como RCA Victor, Panart, Ansonia, Seeco, Columbia, complementadas con las hechas con firmas colombianas: Codiscos de Medellín, Fuentes de Cartagena y Tropical de Barranquilla.Para nosotros los barranquilleros marcó un hito en nuestra historia musical la presentación de la Sonora Matancera en los carnavales de 1955, en el Restaurante Chop-Suey. En ese entonces la figura estelar era Alberto Beltrán. Posteriormente la agrupación musical regresó a Barranquilla e hizo una gira por Colombia.
No todo fue color de rosa en la historia de la Sonora. En 1960 la orquesta tenía un contrato para tocar en México. Allí el grupo completo de músicos decidió no regresar a Cuba por sus divergencias con el régimen de Fidel Castro, que no es el caso analizar.De México pasaron a los Estados Unidos y allí, en la ciudad de Nueva York, se asentaron. Lograron salir adelante con contratos en los clubes latinos y, además, allí se concentraba la sede de su casa disquera: Seeco. La Sonora Matancera tuvo 75 años de existencia. Hoy, después de cumplirse 80 años de haber sido creada, sus discos se escuchan por doquier. Se bailan en toda América Latina.
No está de más recordar que José Portaccio Fontalvo pertenece a una brillante familia barranquillera de educadores. Tres de sus hermanos lo son. Desde hace 46 años reside en Bogotá y pese al tiempo pasado allí y el haber contraído matrimonio con una bogotana -sus hijos nacieron allí- jamás, para orgullo nuestro, ha renunciado a su ciudadanía caribe.

En este libro encontrarán una historia pormenorizada de lo que significó la Sonora Matancera en el ámbito musical mundial.
Con anécdotas desconocidas hasta hoy y con el sello inconfundible de seriedad y estilo de este gran señor y amigo.
José Portaccio Fontalvo
(Apartes tomado del prólogo del libro «Ochenta Años de la Sonora Matancera»).