GRACIAS POR LA VIDA

I
El jardín de mi poesía
de regocijo se cubre,
hoy llega el ocho de octubre
y cumplo años este día.
A Dios que siempre me guía:
gracias le doy por la vida,
todas las cosas queridas
y los dones que me dio.
Somos un soplo de Dios
de esperanzas florecidas.
II
Florecen las esperanzas
cual capullo en primavera;
los frutos son las quimeras,
acicates de bonanzas.
La madre nunca descansa
brindando su amor sincero,
ella es luz en el sendero
para toda la familia.
Siempre en Dios se reconcilia
todo el amor verdadero.
III
Todo el amor verdadero
en Dios siempre se recrea.
El verso es flor de jalea
en la voz del decimero:
Brindo por mis compañeros,
por mis padres, por mi esposa,
por mis hijas cariñosas,
mis hermanos y sobrinos,
por el sol en los caminos
y el perfume de las rosas.
IV
El perfume de las rosas
es llovizna de bondades
para vencer soledades
en las horas silenciosas.
Las palabras amorosas
en mi voz dicen presente,
y siempre llevo en la mente
a las personas queridas;
lo más lindo de la vida
el cariño de la gente.


BLOG DEL AUTOR: José Atuesta Mindiola