I
Un patriarca en la región
que tuvo su propio brillo,
Ismael Rudas Jaramillo
un técnico de acordeón.
Le cambiaba el diapasón
a los bajos y a los pitos;
vivía en Caracolicito
donde tenía su taller,
allí solía componer
los acordeones viejitos.
II
Cual ángel en los altares
técnico de vieja data,
ya la historia lo relata
de renombre en estos lares.
En su casa los juglares
encontraban solución
para que el viejo acordeón
sonara con armonía,
y se vistieran de alegría
las noches en la región.
III
Un maestro fue Ismael
en la enseñanza del arte,
músicos de muchas partes
llegaban allí donde él.
Era un frondoso laurel
alejado del verano,
Calixto Ochoa el valenciano
fue su alumno aventajado,
igual que Ovidio Granados
y otros músicos hermanos.
IV
El veterano Ismael Rudas,
tuvo a su hijo Ismaelito,
hombre que toca bonito
y nadie lo pone en duda.
La herencia nunca se muda:
de tal palo tal astilla,
los hijos son la semilla
en el huerto del hogar.
Yo termino de cantar
estas décimas sencillas.

BLOG DEL AUTOR: José Atuesta Mindiola