«La voz de los ‘poenatos’: vocablo registrado”

Por: Ramiro Elías Álvarez Mercado

Cuando escuché por primera vez la palabra ‘poenato’ me pregunté, ¿y esto que será? Luego de escuchar detenidamente y deleitarme con uno, quedé muy emocionado por la voz de quien lo entonaba y el sentimiento que trasmitía con sus palabras, su vocalización, dicción, voz grave y recia me hizo recordar la de esos maravillosos locutores de antaño en la radio colombiana. Entonces se despertó en mí la curiosidad de investigar al personaje que se escondía detrás de esa portentosa voz.

Lo primero que supe es que se trataba de Franklin Villanueva Martínez. nacido un martes 13 de abril del año 1965 en la Clínica Santa Mónica. ubicada en la carrera 43 con calle 72. en la “Puerta de oro de Colombia” (Barranquilla), llegó a este mundo en el hogar conformado por la señora Mercedes Martínez Aguirre. oriunda del municipio La Mesa (Cundinamarca) pero radicada en Barranquilla desde muy corta edad: una mujer dedicada a las labores del hogar, y por el señor Efraín Villanueva Luna, barraquillero, vendedor de profesión, amante de la buena lectura y la música, gustos estos que fueron heredados por su hijo Franklin, conocido popularmente por amigos y familiares como «Kili», el menor de cinco hermanos. Franklin creció en el barrio la Victoria de «Curramba», uno de los sectores más salseros de la ciudad, aire musical con el que se levantó, quiere y disfruta, pero también siente gusto por otros tipos de música que aprendió a querer por medio de su progenitor como: bolero, tango, son cubano, música antillana, música africana y por supuesto aires de la Región Caribe colombiana: cumbia, porro, merecumbé, chandé y lógicamente el vallenato, pero sobre todo ese vallenato lírico-romantico y poético que tuvo su auge en la década de los años 70, donde empezó a escuchar canciones repletas de poesía de compositores de la talla de Gustavo Enrique Gutiérrez Cabello, José Santander Durán Escalona, Hernando José Marín Lacouture, Fernando Meneses Romero, Rosendo Romero Ospino, Roberto Alfonso Calderón Cujia, Mateo de Jesús Torres Barrera, Marciano Martínez Acosta, Rafael Enrique Manjarrés Mendoza, Edilberto Francisco Daza Gutiérrez entre otros, y ahí entre sus nacientes parrandas y sus primeras conquistas amorosas es donde se comienza a interesar por este tipo de temáticas en las canciones con sus amigos de barrio y estudio.

Cursó su primaria en la Escuela Normal de Varones y la secundaria en el colegio INEM Miguel Antonio Caro de Barranquilla. Luego se traslada a la ciudad de Medellín a iniciar con sus estudios universitarios donde realiza dos semestres de Ingeniería Electrónica en la Universidad de Antioquia, carrera que se vio obligado a abandonar por los paros constantes y cese de actividades académicas por parte de ese centro de educación superior.

En esos dos años que estuvo residenciado en la capital de la montaña conoció a un pariente lejano, nada menos y nada más que el maestro Isaac Villanueva Mendoza: compositor, director y productor musical de mucha trayectoria en Colombia y el exterior, sobre todo de música tropical y del Caribe colombiano en general, con quien afianzó aún más su gusto por la música heredada de su querido padre Don Efraín. Luego de dos años en Medellín regresa a su Barranquilla del alma e ingresa a estudiar en la Universidad del Norte donde se graduó como Ingeniero Electricista. Se casa con María Martha Borja Morales, Contadora Pública de profesión de cuyo amor nace su único hijo Frank David.
El «Kili» se considera un melómano empedernido y aunque no interpreta ningún instrumento, vive, siente y trasmite la música como cualquier artista y fue a raíz de esa pasión y amor por la música, cuando en marzo del año 2015 escudriñando en las redes y canales musicales se topó con un paseo vallenato desconocido para él del maestro Hernando Marín titulado ‘Fatalidad’, lo escuchó varias veces y se sorprendió con el contenido poético que encerraba dicha canción; Franklin quedó tan admirado con el mensaje que copió la letra e hizo el ejercicio de leerla varias veces y luego declamarla como un poema sin la melodía, lo hizo tan bien que su hijo y esposa gratamente sorprendidos por la declamación, le sugirieron que la grabara como una poesía y fue de este modo que nacieron los «POENATOS» que es una fusión de las palabras: POEma y valleNATO. Ese experimento de una noche cualquiera se convierte en una latente realidad, algo que los amantes de la música vallenata disfrutamos con mucho regocijo y han sido recibidos con beneplácito por parte de los compositores de los temas entonados en su maravillosa voz, porque Franklin nos permite cristalizar el verdadero mensaje de la poesía vallenata, desencuevando en cada verso y palabra, dándole un exquisito ensamble romántico que nos invita a escucharlo una y otra vez extasiados de un gozo celestial, algo que muchas veces no hacemos porque solo nos dejamos llevar, por las melodías de las canciones dejando de lado el contenido y el mensaje de la misma.

Hoy en día después de crear un canal en YouTube con el nombre de «Poenatos» en el cual ha publicado más de 200, el «Kili» nos muestra magistralmente y de manera pedagógica y según su lema: «el vallenato vuelve a ser poesía», que es un defensor de los contenidos poéticos y la palabra bien dicha en las letras vallenatas. Esto que él está haciendo es un gran aporte a la preservación de nuestra música vallenata, clásica tradicional y vernácula como lo pide la UNESCO.

Para Franklin Villanueva Martínez no me queda más que decirle a nombre mío y de los que nos gusta esta expresión musical y folclórica: muchas gracias por su talento, dedicación y por brindarnos alegría con sus ya reconocidos POENATOS que son una marca registrada, únicos e irrepetibles.

BLOG DEL AUTORñ Ramiro Elías Álvarez Mercado

7 comentarios sobre “«La voz de los ‘poenatos’: vocablo registrado”

  1. Muy buena crónica sobre el nacimiento del Poenato, Franklin Villanueva sin duda realza la poesía en el canto vallenato, lo que hace más romántico a nuestro folclor.
    Gracias, Ramiro Álvarez por tu aporte a la preservación de la música de acordeón haciendo estas crónicas.

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  2. El Lema “el vallenato vuelve a ser poesía”, es un concepto profundo que representa , en mi opinión, la preservación de ese Vallenato Lírico poético, que aunque aún se compone, ya casi no se graba, o no se difunde apropiadamente.

    La Música como el amor, tiene dos momentos, la melodía es el enamoramiento, esa primera impresión emocional; la letra es cuando nos conocemos profundamente y es como se afianzan las relaciones de Amor que perduran.

    Gracias Lili, por hacer perdurar nuestro Vallenato, con tus Penatos.

    De manera Textual, como lo dice Ramiro Álvarez:
    «porque Franklin nos permite cristalizar el verdadero mensaje de la poesía vallenata, desencuevando en cada verso y palabra, dándole un exquisito ensamble romántico que nos invita a escucharlo una y otra vez extasiados de un gozo celestial, algo que muchas veces no hacemos porque solo nos dejamos llevar, por las melodías de las canciones dejando de lado el contenido y el mensaje de la misma.»

    Excelente crónica Amigo Ramiro, muchas gracias por resaltar tan magna obra y acercarnos a la vida del autor.

    Mil bendiciones, tu amigo
    Hochiminh Vanegas Bermúdez
    HOCHI Cantautor Vallenato
    @hochimusik
    #PuroVallenatoPuro
    .

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  3. Exquisita Crónica, bien detallada y dedicada a un gran amigo , El Kili … Felicitaciones a Frank en su cumpleaños y a ud Ramiro por tan maravilloso escrito

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