I
El Joe Arroyo González,
la leyenda de la salsa,
con su presencia de alza
el son entre los rosales
que desborda los caudales
de tambores y tamboras
de la negra que enamora
con donaire de cintura:
la música es la dulzura
en los besos de la aurora.
II
Su voz de estampa morena
en Palenque hace memoria,
y empieza a escribir su historia
en las riberas de arenas
de la bella Cartagena,
su amada tierra nativa,
y su talento se activa
en los corceles de coches:
y el Centurión de la noche
en el amor no se esquiva.
III
El gran edén terrenal
de su ruta victoriosa,
fue Curramba La Arenosa,
el lucero en pedestal
de su vida musical;
a quien le canto muy ledo
con el ritmo de su credo,
el flamante centurión:
en Barranquilla me quedo
puerta de mi corazón.
IV
Se fue tu cuerpo letal,
mes de julio, veintiséis;
por tu música seréis
un gran artista inmortal,
en la Casa celestial
el alma sigue prendida
de arreboles y tambores
signo de la eternidad:
a quien siembra felicidad,
la gente nunca lo olvida.

BLOG DEL AUTOR: José Atuesta Mindiola