Adrián Villamizar, un rasgo esencial, de su personalidad artística es la sensibilidad y espiritualidad, en la que se conjuga lo divino, lo humano y lo ancestral en relación dialéctica con sus vivencias, ideales y emociones. Canciones emblemáticas de su talento como “Ciegos nosotros” y “El ángel bohemio” son un testimonio claro de dicha espiritualidad. Esta última canción permite explorar su esencia, muy ligada a la tierra donde ha trasegado gran parte de su vida que tiene como centro de gravedad a San Juan del Cesar en La Guajira, desde donde se expande a La Peña, Valledupar, Barranquilla y el Caribe. Dicha esencia se manifiesta en su deseo de ser un guardián de todos aquellos que sientan como él la poesía, la música y el canto en comunión con la geografía y el territorio. Para lograrlo sueña con la posibilidad de que Dios le permita ser, en la eternidad, un Ser espiritual, un Ángel Bohemio, dedicado a acompañar y cuidar a quienes hacen canciones y parrandas, a los amigos, a quienes trabajan por la pervivencia del folclor vallenato y a quienes enamoran con guitarra y acordeón, entre otros.