Por José Atuesta Mindiola
I
San Francisco fue el primero
que cantó a la ecología,
y le dio al sol cofradía
con la luna y los luceros.
También cantó al aguacero,
al árbol y a las cenizas,
a las aves, a las brisas,
a los hermosos paisajes,
y amansó un lobo salvaje
que le brindaba sonrisas.
II
Con la paciencia de orfebre
y la constancia del necio,
allá en la Ermita de Grecio
levanta el primer pesebre.
Veinticuatro de diciembre,
mil doscientos veintitrés,
a San Francisco se ve
celebrando el nacimiento,
y los vecinos contentos
rezaban llenos de fe.
III
Oh San Francisco de Asís,
espejo de sencillez,
la humildad es brillantez
en su pobreza feliz.
La oración es el tapiz
que vence la vanidad,
y muestra la claridad
en el atrio del altar;
y yo te quiero cantar,
maestro de santidad.
IV
San Francisco el misionero
con la fe fue muy capaz,
y este pueblo de La Paz
le profesa amor sincero.
En la fe no hay forasteros,
la oración nos hace hermanos,
dijo este Santo italiano,
misionero del amor;
y es el padre fundador
de todos los franciscanos.
V
En el cielo andan remeros
pilotean nimbos de ubres,
y siempre el cuatro de octubre
se derrama un aguacero.
Y los devotos sinceros
lucen su ropa elegante,
con la fe son caminantes
de la santa procesión:
San Francisco es el patrón
de propios y visitantes.
Atentamente
José Antonio Atuesta Mendiola
Cel: 3015734205
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