Chabuco, un caminante de la música

Félix Carrillo Hinojosa

Este artista siempre ha visto el vallenato desde otro ángulo y con ese lente en 2021 logró sus nominaciones al Grammy Latino con el álbum “Chabuco desde La Habana” y con la canción “Más feliz que ayer”.

Chabuco ha compartido tarima con artistas como Alejandro Sanz, Rosario, Diego El Cigala y Antonio Carmona. / Archivo particular

La comadrona del pueblo incrustado en la serranía del Perijá, en donde sus juglares lanzan versos para que se irriguen por montes, veredas y pueblos vallenatos, estaba molesta. Iba de un lugar a otro al enterarse por las ondas hertzianas de su radio que uno de sus muchachos, que había recibido con amor en una madrugada fría, no era de Manaure sino del Valle, según dijo un locutor con voz ronca.

Mientras ella buscaba las pruebas en su cerebro sometido por los años, vociferaba en voz alta, “qué Chabuco ni qué Chabuco, él se llama es José Darío”. A varios minutos de ahí, en Valledupar, otra mujer entrada en años brincaba en un solo pie: “a ese Chabuco lo vi chiquito aquí, lo llevaba su padre de la mano y en la otra sostenía su guitarra. Y más de una vez lo cargué, me faltó fue darle la teta”.

Mientras esa piqueria cogía fuerza, el personaje central de esa película tenía entre pecho y espalda la música del pasado, que supo captar cada vez que su padre recorría sus dedos por esa guitarra trasnochadora y dejaba regadas sus querellas de amor como cualquier pirata por el barrio Loperena.

Al tiempo que el Café La Bolsa acolitaba a tantos músicos, conocidos o no, el joven intérprete no quería correr la suerte vivida por muchos genios que, junto a su padre, quedarían como un recuerdo más en esa retahíla de un narrador perdido en su propia madeja.

Sin mucha algarabía en su despedida, pisó tierra andina. Nada fue fácil, nunca lo ha sido para él. Sus propios paisanos lo ven como un espécimen raro, como si no fuera de allá. Pero él en su tozudez empezó a hilar un diálogo entre su música y tantos sonidos que hay en el mundo, para combinar entre ritmos y danzas y crear algo diferente. Ese proyecto no es más que “una locura”, dijeron en coro muchos de los que estaban cercanos a él, y si lo trasladamos a nuestra tierra, se “esparramarían” a todo pulmón con sus voces para sentenciar: “ese sí está loco de remate”.

En ese pugilato sostenido por las dos mujeres y sin saber por cuál debía decidirse, el muchacho, que se sentía atraído por la música, acogió en silencio y sin refutar la palabra del padre, quien lanzó ese apodo que sentenció en una de esas decisiones acertadas, en cuyo amanecer etílico decidió elogiar a una creadora insigne. Y fue por ella, por Chabuca Granda, solo por ella, que su padre, lleno de una oratoria premonitoria, afirmó: “tú eres Chabuco y punto”.

Con ese remoquete, unas cuantas vestiduras y esa fiebre de tragarse las calles bogotanas, empezó su búsqueda, incomprendida la mayoría de las veces. Eran los años 90 de una ciudad cerrada, en donde los estudiantes de la provincia lo primero que metían en sus maletas de cuero eran los elepés de sus músicos preferidos, los libros y folletos que hablaran de sus ídolos.

Las melancólicas amanecidas de los nativos de Bogotá, que en ese entonces se acostaba temprano, fueron transformadas por el grito de un “uepajé, que viva el vallenato”. Fue tan profundo el cambio, que las mujeres de esa ciudad aprendieron a bailar y ellas, por decisión propia, organizaban las fiestas vallenatas y en vez de poner aquellos acetatos de los abuelos, dejaban correr por ambas caras lo nuevo que estaba circulando en la naciente industria musical.

Mientras todo eso ocurría, el muchacho seguía insistiendo a pesar de tantos no, hasta que al fin se dio una de las muchas propuestas que hizo y fue a grabar con una nueva agrupación conformada por muchachos soñadores como él. Con Los Pelaos se dio la primera puntada de lo que sería el vaso de la gran mochila que tejería Chabuco con su voz. La alegría fue mucha, pero duró poco, y ante esa realidad entendió que debía pensar en su propuesta como solista. Y fue la publicación, en 2004, del álbum Morirme de amorel toque ideal para reafirmar de qué estaba hecho.

Cuatro años después, decidió publicar Nació mi poesía, lleno de una madurez visible, la cual se notó en un producto cuyas obras como Amor para dosPorque quiero que me quierasDeja que tu alma se enamore y Te quiero dar, le mostraron el camino de la exploración.

El Café La Bolsa es el regalo que les brinda en 2011 a tantos gitanos del arte que ese lugar vio desfilar y que su padre le contó con lujos de detalles. Esa semblanza, muy cerca de la realidad, de un tiempo vital, en el que Valledupar moldeaba su futuro.

Ese marco llevó a Chabuco, que no ha dejado de ser José Darío, a brindarles a sus seguidores un producto musical con más raíces vallenatas, pero con un mayor diálogo con otras músicas del mundo. Para lograrlo no podían faltar Nido de amor, La casa en el aire, Así fue mi querer y El amor amor, entre otros temas cargados de arreglos diversos con vestidos flamencos, bolerísticos y jazzísticos, que estuvieron a la altura de la producción y que lograron impactos importantes en otros rincones del planeta.

Para 2013 fue publicado un nuevo trabajo discográfico del músico,De ida y vuelta, cuya influencia está marcada por la presencia de Josemi Carmona, un exintegrante de la agrupación Ketama, cuya fusión del vallenato con el flamenco es evidente y fortalece los lazos de hermandad que entre las músicas del mundo existen. En esta nueva propuesta, el artista Chabuco sabe que el vallenato se puede entrelazar con otros géneros, así que el acordeón no es reemplazado, sino que sus sonidos se unen a otros instrumentos.

Así muchos no lo crean, él es un celoso a rabiar de sus raíces, las que conoce pese a su visión juvenil y cada vez que le toca compartir escenarios con artistas de la categoría de Alejandro Sanz, Antonio Carmona, Rosario y Diego El Cigala, muestra lo que tiene Valledupar para mostrarle al mundo. De todo eso logrado no se ufana, como hombre de teatro sabe que cada paso que se da es un nuevo camino que se construye. Es un convencido de que su música cada día adquiere más dolientes que la defienden por su calidad.

En 2017 se trasladó a São Paulo (Brasil), donde se inició la grabación del trabajo Encuentros, con un sonido vallenato alternativo, cuyo romance con el bossa nova y los instrumentos como el piano y el arpa, se evidencia a manera de cruce de caminos. Allí aparecen temas como Amor compradoBesito de agua y Margarita.

Chabuco – Margarita (Lyric Video) ft. Vicente García, Jose Quiñónez

Chabuco desde La Habana es un producto lleno de armonía caribe, cuya riqueza se pasea entre el amor y el desamor. Es la sorpresa que les tenía el artista a sus seguidores. Es un trabajo independiente que marca su verdadera historia a partir del 21 de mayo de 2021 y que le propicia una de sus mayores alegrías: estar nominado como Mejor Álbum Tropical Tradicional y Mejor Canción Tropical con el tema Más feliz que ayer.

Este nuevo sueño musical contó con la producción de “Cucurucho” Valdez, nieto de Hugo Valdez, y se hizo en el ambiente de La Habana, en Cuba, imperio musical del Caribe, cuyo repertorio está sustentado por temas como La golondrinaMás feliz que ayerLa vida es como un sonUn bolero azul y Por ahora.

Las visiones musicales que plantea el canto de Chabuco están encaminadas a enamorar con su música e incitar a lo fraterno, poner a bailar en un romanticismo cuya altura emerge a través de quienes danzan. Es una música madura hecha por gente joven, y su rítmica y armonía ponen en un tiempo actual mucho de lo que se hizo en el pasado.

Ese juego de tiempos insertado en su nuevo producto musical pone al que escucha, al músico de ayer y al de hoy, a vivir un goce agradable, que hace ver a la América libre y musical, firme y con la fortaleza de salir siempre adelante.

Es un trabajo musical hecho con mucha naturalidad. Cada golpe que dan las manos de los músicos sobre sus instrumentos representa un resurgir de nuestras culturas que niega cualquier proceder avasallante de un pueblo sobre otro. Las músicas que se hacen en nuestro continente son libertarias. Si lo llegan a dudar, les paso una tarjeta de invitación para que se deleiten con Chabuco desde La Habana, creo que es placentero escuchar a nuestro vallenato abrazado con los sones cubanos.

Félix Carrillo Hinojosa

*Escritor, periodista, compositor, productor musical y gestor cultural.

Un bolero azul


“Chabuco” pasea el vallenato por varios países del mundo con distintos estilos musicales

“La añoranza más grande de mi vida es volver a caminar por las calles de mi viejo Valledupar, la nostalgia por la ausencia de mi padre, el deseo de ir al río Guatapurì, bañarme bajo un aguacero, jugar a “la lleva” con mis amigos de infancia, disfrutar al lado de mi familia”

Por Giomar Lucía Guerra Bonilla

Jesús Martínez Acosta conocido en el mundo artístico como Chabuco, nació en Valledupar, ha incursionado con innovaciones de su música natal armonizando sus producciones entre sus raíces vallenatas y trabajos en los que explora sonidos de otras culturas musicales. Es así como nuestro artista irrumpe con el flamenco. Su álbum” De ida y vuelta” fue grabado con un exintegrante de Ketama un grupo musical español de flamenco.

Desde niño exploraba diferentes sonidos, buscaba hacer una música de colores. Seguía los gustos melodiosos de su padre el reconocido guitarrista Hughes Martínez, con quien escuchábamos lo mejor de la música latinoamericana: Pablo Milanés, Rubèn Blades, Òscar de León entre otros muchos. Era una época en que se deleitaban oyendo y bailando boleros, variados ritmos cubanos. Este legado me inspiró para hacer un vallenato de colores, la que en esos momentos se interpretaba en guitarra y es con este instrumento como se da a conocer en el Colombia y en varios países latinoamericanos. «Soy lo que soy por las madrugadas allá en mi casa, por las parrandas que mi papá hacía con Escalona, Colacho, Diomedes y otros; por la brisa, el palo de mango y todo eso. Es un talento natural.”Esa es la única herencia que yo tengo.” De estas vivencias nació la idea de hacer un vallenato con aires del mundo

La Habana en cierta forma es por donde debí comenzar, La cubana es la música que siempre tuve más cerca. Con ella me criaron. Me siento de ahí, conocedor de los ritmos, porque fueron años estudiándolos.

Pero hice primero algo con flamenco, con sonido latín jazz de Nueva York, bossa nova y samba. Asì manera revivì canciones de reconocidos juglares de la música vallenata. Por eso no la consideró extraña, sentí su música familiar y muy cerca a mis sentimientos, por eso no resulta extraño que Chabuco nos esté interpretando “Un Bolero Azul”, es una canción rubricada por esa nostalgia que lo acompaña con arreglos de cuerdas, es para escucharla y escucharla hasta derramar una lágrima. Tiene ese sonido tradicional que le da una atmósfera gloriosa y tierna propicia para el amor. Es la mejor dedicación que le puedes hacer a la persona que amas.

Dice que “este disco nació con la idea de crear una producción que sonara como en los años 50 “.La composición es del cubano Jorge Luis Piloto, grabada en mi voz con la participación de músicos cubanos. «Él me dijo: ‘Tengo una canción que no he dado a nadie, creo que tú puedes contribuir a darle la interpretación que es’, y la verdad me conmovió mucho. Al inicio él dirigió la voz en Miami. El disco fue grabado en Cuba, tocando en bloque todos tocando a la vez, dirigido por ‘Chucho’ Valdés. Mi permanencia musical en la mencionada ciudad, la considero «increíble», no extrañé nada: «Tengo amigos músicos por todo el mundo y allá conservo un hermano llamado Horacio ‘El Negro’ Hernández que es uno de los mejores bateristas de latín jazz del mundo. Estuve con mucha gente amante de la música, todo fluyó muy bien».

Así inicia la etapa titulada Chabuco en La Habana, con el que se da a conocer al público. Un bolero azul es una composición del cubano Jorge Luis Piloto, tiene ese sonido clásico que le da una ambiente de grandioso al amor, interpretada en la voz de nuestro reconocido cantante. Es así como aborda contenidos semejantes a los de esta producción discográfica, al incluir algunas de sus composiciones inéditas, pasajes sobre el amor en La canción la vida es como un son y con otros contenidos como en el Valle de ayer, un homenaje a Valledupar, la cual rememora en sus vivencias. Chabuco comenta en una de sus entrevistas, “…a veces me levanto y algún olor me hace añorar cuando estaba niño; por ejemplo, la tierra mojada, bañarme bajo un aguacero. Entonces comienzo a pensar en esos recuerdos, también en las canciones de los juglares. Una nostalgia que me hace preguntarme ¿dónde andará ese Valle de ayer?

Hice un disco con la idea de que sonara como en los años 50: Chabuco. Foto: Colprensa

BLOG DE LA AUTORA: Giomar Lucía Guerra Bonilla

Chabuco, el heredero musical de Hugues Martínez

En su nuevo álbum tiene como invitados a Alejandro Sanz y Vicente García. 

El maestro Hugues Martínez, fallecido el pasado 1o. de octubre, se caracterizó por ser el guardián del vallenato en guitarra. Con sus notas acompañó por más de 35 años a Poncho Zuleta y Jorge Oñate.

Incluso, se convirtió en el único guitarrista de este género que tocó con el célebre Trío Los Panchos en una gira por el interior del país. “No pudo continuar con ellos porque le daba miedo viajar en avión. Quizás por eso su figura no se internacionalizó, pero su talento estuvo presente en clásicos de los hermanos Zuleta como La espinita”, explica su hijo José Darío Martínez Acosta, Chabuco, su heredero musical.

En su visita a la redacción de EL HERALDO este valduparense de 43 años, que hace dos décadas comenzó en la música con el grupo Los Pelaos, pioneros de los que después se llamó la Nueva Ola Vallenata, habló sobre el legado que recibe del hombre que inspiró a su primo Rafael Escalona a componerle el tema El pirata de Loperena.

“Mi influencia musical está marcada por mi padre, desde niño veía a todos los músicos del folclor vallenato pasar por mi casa. Comenzó con la agrupación Bovea y sus Vallenatos y de cierta forma fui mezclando tantas vertientes, ya que interpretaban música de Pablo Milanés, Trío Los Panchos, de la francesa Édith Piaf, acercándome así al bolero y al danzón sin perder la esencia vallenata”.

“A ‘El Pirata de Loperena’ le debo mi curiosidad porque a él siempre le gustaba estar sacando nuevas melodías y eso me permitió crear mi propio estilo y mantenerme con mis influencias brasileñas y española, ese Bossa Nova y Flamenco que no he perdido de vista”, agregó Chabuco.

Al preguntarle si le realizará algún homenaje póstumo, el artista greñudo y de ojos claros, indica que tuvo la satisfacción de hacérselo en vida. “El pasado 24 de febrero en Matildelina (Bogotá) rodeado con sus amigos Poncho y Emilianito Zuleta, Jorge Oñate, Gustavo Gutiérrez, Camilo Namén y con mi trío, le cantamos s u música favorita, eso me reconforta el alma porque pude retribuirle un poco de lo que me dio”.

CON MÚSICA BRASILEÑA

Chabuco que ha hecho álbumes como De ida y vuelta en Madrid con Los Hermanos Carmona y Clásicos café la bolsa en New York, ahora viene con Encuentros, producción que grabó en Sao Paulo (Brasil) y en la que se siente una gran fluidez entre el vallenato y Bossa Nova.

“Lo hizo Swami Jr, el mismo que le produce a la cubana Omara Portuondo y a la brasileña Elis Regina. Me copió toda mi idea y la enriqueció dándole un aire mucho más internacional”, expresa el también guitarrista que en su muñeca derecha luce una manilla alusiva a la canción Bad de Michael Jackson, fiel reflejo de su simpatía con el Rey del Pop.

“Soy muy necio con el oído, me gusta escuchar música de todas partes y no me puedo quedar en un solo bloque, por eso siempre estoy viajando para conocer de cerca cómo se hacen estos géneros”. Sobre su trabajo junto al español Alejandro Sanz, quedó contento con el resultado que obtuvo en el clásico Ausencia, de la autoría de Santander Durán Escalona.

“Pude sacar ese Alejandro Sanz de Corazón parti’o, cantó a su manera y el resultado es estupendo. Con el dominicano Vicente García también tengo una gran amistad y escribimos Margarita junto a José Quiñonez con quien la interpretamos”.

Sobre la manera cómo es vista su música por los ortodoxos del género, indicó que “ha cambiado mucho la resistencia que existía hacía las fusiones con el vallenato. Con mi estilo demuestro que también soy un buen expositor de la esencia vallenata y la integro a otras músicas del mundo”.

POR JHONATAN DIAZ  | EL HERALDO

Chabuco y la nueva ola del vallenato

En su último disco el músico colombiano mezcló este género con sonidos como el bossa nova y la samba. Una vez más confirmó que puede llevar la herencia de los juglares colombianos a otros lugares del mundo. Este domingo tendrá una tertulia musical con Roberto Pombo, director de El Tiempo, en el Festival Ideas al Barrio.

José Darío Martínez Acosta, a quien todos conocen como Chabuco, heredó el gusto por la música de su padre, el guitarrista Hugues Martínez. Nació en Valledupar hace 43 años y creció escuchando la herencia de juglares vallenatos como Rafael Escalona, Gustavo Gutiérrez, Leandro Díaz, Octavio Daza, Tobías Enrique Pumarejo, Santander Durán Escalona o Fredy Molina. Pero también en su casa se escuchaba música brasileña de los años 60. Su padre además era admirador de la peruana Chabuca Granda. De ahí el apodo con el que se identifica este cantautor.

Chabuco dio sus primeros pasos en la música en 1998 con Los Pelaos, una agrupación con la que buscó llevar el género vallenato a otros lugares para darle nuevos brillos y sonidos sin que por esto perdiera su esencia. En 2011, gracias a su contacto con el bolero y el latin jazz, el músico presentó su primer disco como solista, Clásico Café La Bolsa. En ese primer álbum demostró su deseo de revivir con nuevos ritmos clásicos del vallenato como Nido de amor, Corazón martirizado, Así fue mi querer y La casa. Más adelante llevó al flamenco canciones como Cállate corazónAlma viajeraMarta delirioEl Pirata del LoperenaTierra de cantores y Penas negras.

A lo largo de su carrera, Chabuco se ha presentado en famosos escenarios como el Palacio de Bellas Artes en México, Sala Berlanga en Madrid y el House of Blues de Estocolmo. También ha sido invitado a importantes festivales internacionales como He for She (México), Showcase Latin Billboard (Colombia) y Premios Nuestra Tierra (Colombia). En este último fue nominado a Mejor Álbum del Año en el 2012.

Con Encuentro (2018), su último álbum, producido por el brasileño Swami Jr., Chabuco dejó claro una vez más que el vallenato se puede mezclar con guitarras, pianos, arpas, entre otros instrumentos típicos de la samba y la bossa nova. La grabación inició en abril de 2017 en Sao Paulo, Brasil y contó con la participación del español Alejandro Sanz, el dominicano Vicente García, el pianista brasileño Zé Godoy y el colombiano José Quiñones.

Cuando se le pregunta por las mezclas que podrían sonar extrañas como vallenato en ritmos del bossa nova o el latin jazz, el músico dice que su deseo es pasear el género por todo el mundo. De eso y mucho más hablará este sábado 22 de septiembre con Roberto Pombo, el director del periódico El Tiempo, en el Festival Ideas al Barrio. Una conversación cargada de música para no perderse.

Charla: ‘Tertulia musical y cultural’

Día: sábado 22 de septiembre

Hora: 5:30 p.m.

Lugar: Gimnasio Moderno

Entrada libre hasta completar aforo

* El festival Ideas al barrio se llevará a cabo entre el 22 y el 23 de septiembre en el Colegio Gimnasio Moderno, la sede Chapinero de la Cámara de Comercio de Bogotá y el edificio de Publicaciones SEMANA. A través de charlas, debates, entrevistas y experiencias, diferentes miembros de la academia, la cultura y el entretenimiento estarán abordando temas de actualidad. La entrada es gratuita.

Por semana.com

Chabuco grabó con Alejandro Sanz

CHABUCOComo una invitación especial el cantante Chabuco grabó un sencillo para el nuevo álbum de Alejandro Sanz.

El intérprete de música vallenata Chabuco tendrá una participación especial en el nuevo disco del cantante español Alejandro Sanz, así lo confirmó Chabuco en dialogo con El Pilón. Seguir leyendo «Chabuco grabó con Alejandro Sanz»