¡Adiós Juglar, Adiós Maestro, Adiós Amigo!
Señora, Elides Martínez viuda de Erazo, Señores, Julio, Betty y Sara Erazo Martínez, Demás familiares, Señores y Señoras:
La grandeza de este hombre que ha entregado su alma al Creador, nos convoca, nos llama, nos une, a su familia, a sus amigos, a sus admiradores, a sus simpatizantes, y en general al pueblo de Guamal donde vivió y pasó la mayor parte de su vida y donde transcurrieron muchos de los motivos, temas, hechos y sucesos que le sirvieron de inspiración para componer y producir uno de los mayores y mejores repertorios musicales de Colombia en todos los tiempos, al igual que de América Latina.
La Biblia, en el Génesis, nos dice:” Polvo eres y en polvo te convertirás “, y nuestro gran poeta Porfirio Barba Jacob nos expresa en este verso lo siguiente:
“Mas, hay también ¡Oh tierra!, un día, un día, un día…
En que levamos anclas para jamás volver…
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!
SEMBLANZA DEL MAESTRO JULIO ERAZO
Muchos ríos de tintas se han escrito en Colombia sobre la figura del maestro Julio Erazo, lo cual no obsta para que a las volandas sepamos de qué troncos familiares desciende este majestuoso árbol de la gran flora musical de Colombia y del continente americano.
En la década de 1880 arribó a Puerto Colombia proveniente de España el matrimonio conformado por Salvador Cuevas Monteliux y Dolores Vallarys Gómez, acompañado del sacerdote y familiar Miguel Vallarys Gómez; con ellos llegaron tres hijas menores llamadas Dolores, Amparo y Consuelo, estableciéndose primero en Barranquilla; en territorio colombiano nacieron las otras dos hermanas Esperanza y Carmen Cuevas Vallarys, futura madre de Julio Erazo Cuevas.
De la unión del periodista, escritor y poeta pastuso José Ignacio Erazo París y Carmen Cuevas Vallarys nació Julio Salvador Erazo Cuevas el 5 de marzo de 1929 en la ciudad de Barranquilla; aún niño sus padres se establecieron en Guamal donde creció y desde su adolescencia se interesó por la música aprendiendo el arte de tocar la guitarra; su Maestro musical fue José Garibaldi Fuentes, otro coloso de la música en Colombia, también honrosamente guamalero.
En su juventud trabajó en Tamalameque como asistente y enfermero del médico Miguel Ospino Peña y en otros pueblos circunvecinos; a raíz del 9 de abril de 1948 regresó a Guamal nuevamente. Fue designado como maestro de escuela al vecino corregimiento de Buenavista, municipio de San Sebastián, es aquí donde comienza a inspirar y cristalizar sus primeras y famosas composiciones como Yo conozco a Claudia, La Puya Guamalera, La Pata Pelá, La Carta, Hace un mes, Espumitas del Rio, Celos, El bailador, Compae Chemo y el inmortal tango Lejos de Ti y otras más, también famosas.
En Buenavista conoció a Elides Martínez natural de allí y estudiante del colegio femenino con quien se casó y formó su núcleo familiar del cual nacieron cinco hijos: Julio, Elides, Sara, Ignacio y Betty.
En sus primeros años de su larga carrera musical, Julio formó varios tríos en Barraquilla y Medellín, con los cuales grabó muchas de sus composiciones; después de esta etapa se dedicó a grabar de forma independiente hasta forjar su destino musical, el cual lo condujo hacia el estrellato nacional e internacional. En esta etapa hizo parte del gran conjunto musical Los Corraleros de Majagual, donde sobresalió como compositor y cantante.
Por qué Julio Erazo es el gran Juglar de la música colombiana
El caribe colombiano es conocido por las distintas mezclas de ritmos, sonidos, sabores y colores que constituyen la esencia sociológica de su gente. De las características más importantes de esta región, está la música: Uno de los pilares fundamentales de su cultura. Desde la península de la Guajira hasta el golfo de Urabá, se escuchan diversos cantos, ritmos y el sonar de instrumentos propios de la región.
En Colombia ha habido grandes compositores y otros tantos Juglares en las diferentes regiones del territorio nacional, algunos con repercusiones y reconocimientos más allá de nuestras fronteras. Sin demeritar a ninguno de ellos , merecedores de nuestro respeto y admiración , es conveniente exponer algunos puntos de vista e inquietudes relativos al tema musical, así : es bien conocido el indudable aporte que el Maestro Rafael Escalona hizo al vallenato como ritmo musical de una región importante ,pero sus composiciones solo se limitaron a este tipo de música sin que hubiera incursionado en otros ritmos musicales, que se sepa hasta ahora; igualmente ha sucedido con otros compositores como Leandro Díaz , Carlos Huertas , Emiliano Zuleta y muchos más.
En el interior del país tenemos los casos del Dr. Jorge Villamil, José A. Morales, Carlos Julio Ramírez, Julio Jaramillo, Silva y Villalba y otros que, siendo grandes compositores, solo lo hicieron en la música propia de sus regiones como joropos, pasillos, guabinas y otros de sus aires musicales autóctonos.
El Maestro Julio Erazo, en su hábitat natural de Guamal y San Sebastián, situados en la Depresión Momposina, subregión caribeña rica en ritmos musicales como la cumbia, mapale, la tambora, el bullarengue y otros ritmos cultivados tradicionalmente por los habitantes del territorio de la antigua provincia indígena de Pocabuy, se distinguió como caso único en el país, al igual que su congénere José Benito Barros Palomino, por realizar ambos, sus composiciones en los diferentes y variados ritmos musicales como porros, merengues, tangos, vallenatos, rancheras, boleros, puyas, paseos, merecumbé, pasillos, valses, corridos, como artistas representativos del folclor y cultura del hombre ribereño y anfibio.
Por su brillante trayectoria, su prolija producción artística, el valor y contenido literario de la misma, fue acreedor al máximo premio otorgado por el Ministerio de Cultura de Colombia: Obra y Vida en el año 2017.
De su preclara mente y lúcida inteligencia musical, nacieron más de 350 composiciones en las diferentes gamas de ritmos y tendencias musicales exitosas y famosas, interpretadas por los mejores cantantes, conjuntos y orquestas de la época, que constituyen un verdadero legado regional, nacional e internacional. Ganador en varias ocasiones de discos de oro y platino y sujeto de incontables honores, reconocimientos y entrevistas en todo el país.
Aun así, el maestro Julio siempre fue un hombre sencillo, afable, amigable con todos y de vida sencilla, cordial y familiar.
Del ilustre maestro podíamos decir muchísimos atributos y el legado universal de su espíritu e inspiraciones artísticas, pero con lo que se ha escrito sobre su biografía, nos basta para despedirlo hoy como el más grande de los hijos de Guamal y el gran Juglar de la región del Pocabuy. Por eso al maestro no se le puede ni debe encasillar como un simple juglar de la música vallenata como algunos pretenden hacerlo, porque en verdad es el genuino juglar de la música colombiana: versátil, prolífico, completo y grande
Su innegable notabilidad se debe a las siguientes razones, a mi parecer:
a. A su versatilidad
b. A la calidad literaria de sus canciones
c. Al sentido de medida en sus textos
d. Al carácter impersonal de sus creaciones
e. A la dimensión universal de sus temáticas
f. A la pulcritud profesional ética e independiente de su oficio.
Para terminar, cuenta la historia que en el siglo X, o sea, mil años antes de Cristo, por los pueblos y reinos de la antigua Grecia, de esa Grecia madre de la cultura occidental, se paseaba un aeda o Juglar popular ciego , llamado Homero ,que iba narrando y cantando la historia del pueblo griego; de la compilación de todos sus cantos esparcidos por ese territorio, nacieron las dos grandes epopeyas de la humanidad: La Ilíada y La Odisea que compendian todo lo relativo a este pueblo inmortal de la historia.
Nosotros, en este territorio, también hemos tenido nuestro propio Homero, llamado Julio Erazo Cuevas, quien en sus canciones supo interpretar el alma de esta región y de este pueblo como el que más, y que hoy por esas leyes de la vida y de la naturaleza, le rendimos todos los honores y reconocimientos, y con el alma henchida y estremecida por el dolor le acompañamos a su última morada. Que la Divinidad Universal lo reciba en su regazo y le conceda el descanso eterno. La materia muere, pero tus canciones, oh Maestro, serán inmortales y seguirán interpretándose, resonando y escuchándose permanentemente en todas partes del mundo, mientras haya humanidad.

Descansa en paz, querido Juglar, Maestro y Amigo… Gracias. Muchas gracias.
Carlos Hernández Yepes | Guamal febrero 14 de 2022