Como una enfermedad infecciosa, el narcotráfico amenaza apoderarse del país gaucho. La sociedad se siente desprotegida y el Estado no parece reaccionar a la altura del problema.
Los decomisos de drogas se han vuelto pan de cada día en el país austral. En la foto, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el entonces ministro de Justicia y Seguridad. Ricardo Casal, inspeccionan un alijo encontrado en Ingeniero Budge. Foto: A.F.P.
Y de pronto, Argentina despertó a la realidad: la droga se coló por las fronteras porosas y abandonadas, llegó en vuelos clandestinos no detectados por falta de radares, avanzó por rutas sin gendarmes, corrompió el tejido policial, se empezó a procesar en ‘cocinas’ en los suburbios de las grandes ciudades, se instaló en las villas miseria, se vende en las esquinas de los colegios de clase media, mientras que narcos colombianos viven con opulencia en los barrios cerrados del norte de Buenos Aires y son asesinados en pleno centro porteño. Seguir leyendo «La maldición de la droga llega a Argentina»