Por José Atuesta Mindiola
La comunidad católica de Mariangola festeja mañana, 14 de septiembre a su venerado patrón, el Santo Cristo. Esta fiesta nos brinda la maravillosa oportunidad de celebrar un encuentro piadoso con la fe y la veneración a Dios por los dones y el milagro de la vida. Este encuentro es para los mayores una vigilia a la nostalgia, a la mansedumbre de manantiales, al aroma florecido en el patio del origen y a la voz de los abuelos que hoy son jardines en la memoria.
Este año el sacerdote Gabriel Rojas es el líder de las festividades. A las 7 a.m. es la eucaristía con la presencia de monseñor Oscar José Vélez. A las 10 a.m., segunda misa y bautizos. A las 5 p.m. la procesión de corto recorrido con los protocolos de bioseguridad. La comunidad católica está muy contenta con la presencia de este joven sacerdote, que vino de las lejanas tierras de Santander y estudió en el seminario Juan Pablo Segundo de Valledupar. Además de líder espiritual, es un gran emprendedor y maestro de la construcción: renovó el quiosco de la casa cural, construyó un corredor para unir el templo con la casa cural. Y uno de sus proyectos, es hacer una panadería en Mariangola.
La fiesta es muy ligada a nuestros afectos maternales, porque fue mi madre, Juana Bautista Mindiola de Atuesta, en su condición de maestra de escuela, quien por primera vez sacó la procesión, en compañía de sus alumnos, en el año de 1956.
A partir de ese año, con la santa misa y la procesión, la fiesta toma una dimensión netamente religiosa. En 1961, Monseñor Vicente Roys Villalba, ofrenda la santa misa, bendice la primera piedra para la construcción de la iglesia y preside la procesión a los acordes de una banda de música de viento y la nutrida presencia de los mariangoleros (que ese tiempo todos eran católicos) y una distinguida comitiva de Valledupar, encabezada por José Guillermo ‘Pepe’ Castro, que días antes había regalado la imagen del santo de mayor tamaño.
La misa del Santo Cristo de la parroquia de Mariangola se convierte todos los años en una convocatoria con la fe, y recordamos a aquellos sacerdotes que enaltecieron con sus sermones la liturgia, entre ellos: Vicente Mestre, Jose Manuel Castañeda, Albeiro Bedoya, Pablo Salas, Alfredo Guerra Nasser y Miguel Ángel. Una de las homilías más recordada es la del sacerdote Enrique Iceda Guerra, hace varios años: “Mariangola es un pueblo bendecido por Dios, que le regaló de patrón al santo Cristo en la cruz, esa cruz que simboliza la letra T; la t de tú, para significar que hay que pensar en el otro, como pensó Jesús, que amó al prójimo, amo al hermano. Ese tú, es una invitación al respeto por el otro, a compartir con el otro, a amar al otro, como a ti mismo…”.
Retomo estas palabras del Sacerdote Iceda, para hacer una invitación a toda la comunidad de Mariangola y a sus líderes cívicos para que todos unidos fomenten el sentido de pertenencia y de responsabilidad social por el bienestar y la armonía de nuestro pueblo. El cementerio necesita urgente una Junta Administradora que reglamente la construcción de bóvedas, de osarios, y el mantenimiento de las tapias y la limpieza. Y gestionen con la Alcaldía y Gobernación el arreglo y la pavimentación de la entrada principal.



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BLOG DEL AUTOR: José Atuesta Mindiola